En Santiago de los Caballeros hay una tradición carnavalesca desde los orígenes de la ciudad y se caracteriza por la diversidad de personajes que pueden apreciarse en los desfiles de los domingos cada febrero.

El más emblemático de los personajes es el lechón, el diablo cojuelo particular de Santiago. El traje de telas coloridas va decorado con cascabeles, espejitos y cintas, además de un cinturón conocido como longaniza, por su forma. En la mano derecha lleva un fuete que repica mientras danza. La careta del lechón tiene tres variantes tradicionales. La joyera, del barrio La Joya, lleva careta de pico ancho y cuernos largos y lisos. La pepinera, del barrio Los Pepines, con cuernos llenos de puyas o espinas y pico largo; y la de Pueblo Nuevo, del barrio homónimo, que toma de base la pepinera y las puyas terminan en flores.

Otros personajes que también recorren el entorno donde desfilan son el robalagallina, Nicolás Den Den, Se me muere Rebeca, La muerte en Yipe, Papá Mi Hijo, Indios; además de comparsas de muñecas, escenificaciones de pasajes de la historia dominicana o sucesos de la actualidad noticiosa.

El robalagallina es un personaje hecho por hombres (mayoritariamente), representa a una mujer voluptuosa, con pechos y glúteos enormes, con vestidos coloridos; se acompaña de cartera, sombrilla, muñeca, que mueve con gracia mientras se desplaza.

En el caso de Se me muere Rebeca, se trata una denuncia de los servicios de salud, representa una madre preocupada por su hija enferma (lleva una muñeca en brazos). El nombre del personaje viene dado por la consigna que repite: “se me muere Rebeca”.

Sobre Nicolás Den Den, se trata un personaje propio de Santiago: un oso de un circo con su domador. El oso va encadenado para que no escape.

Curioso el caso de un personaje más reciente: las Marolas, un grupo de mujeres que pintan su piel de negro vestidas con trajes de flores, al igual que las mujeres que aparecen en las obras del artista Danilo de los Santos.

En Santiago, al contrario de otros carnavales, el público puede asistir disfrazado también, lo que hace de esta manifestación cultural una de las más plurales del país. El acceso a la ruta de desfiles es gratuito (varía cada año, pero bordea el Monumento a los Héroes de la Restauración). Los desfiles se realizan todos los domingos de febrero y, en el desfile final, se presentan los mejores disfraces de grupos y comparsas que concursan para ganar premios.

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