Este templo acoge una de las parroquias católicas de Santiago y fue elevado a la categoría de Santuario Mariano en el año 2000. Fundada en 1874, es uno de los templos más emblemáticos de la ciudad, tanto por su ubicación en el centro histórico como por la devoción que recibe, ya que miles de fieles acuden durante el año a pedir favores a Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano.

La construcción del templo original (una edificación de madera) se inició en 1874 por decreto del arzobispo Fray G. A. Santaché, delegado apostólico de la Santa Sede; según datos de historiadores, las obras terminaron 20 años más tarde y se bendijo en 1895.

El actual templo comenzó a construirse en 1947, bajo la dirección de Alfonso Aguayo Ceara, por iniciativa del entonces párroco Cipriano Fortín. Se concluyeron los trabajos en 1953 y se consagró el 29 de marzo de ese mismo año, durante la festividad de Domingo de Ramos. Durante los años siguientes ha tenido remodelaciones que han mejorado su aspecto y funcionalidad sin afectar la estructura general.

Está formado por una nave central que se abre al altar en mármol y el Cristo crucificado, además de la altura del presbiterio, lo que facilita la visión de los feligreses a los celebrantes. Sus torres se divisan desde cualquier punto del centro de la ciudad, gracias a su ubicación en la esquina de las calles Del Sol y General Gregorio Lúperon, frente al parque Colón.

Centro religioso de la región

Por honrar a la Virgen de la Altagracia, es uno de los principales centros religiosos de la región y el segundo en importancia del país en honrar esta advocación mariana, después de la Basílica de Higüey.

Miles de devotos católicos rinden honor cada enero durante las fiestas patronales y el resto del año, para cumplir promesas y pedir favores varios. Y por su relevancia, también es sede de diversos actos religiosos, como velatorios, bodas, bautizos y comuniones.

Author: Sarah Sáchez